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Ciudad de Astorga

La capital de la Maragatería es uno de los lugares más conocidos y emblemáticos de León. Con algo más de 11.000 habitantes posee un patrimonio histórico y artístico difícil de igualar, lo que la ha convertido en uno de los lugares más turísticos de la provincia.

2016-11-07

LA CIUDAD DE ASTORGA

Destruida y reconstruida varias veces, desde su nacimiento como castro ligur, en ella perviven restos de su esplendor romano mezclados con edificios que muestran su importancia en la época medieval, en la que se convirtió en lugar de paso de la Vía de la Plata y el Camino de Santiago.

La Plaza Mayor, levantada en el lugar que ocupaba el antiguo foro romano, del que se pueden visitar los restos en el subsuelo, data de finales del siglo XVII, al igual que el edificio del Ayuntamiento. Este edificio es uno de los más destacados ejemplos del barroco civil en León, tiene dos torres gemelas, un gran balcón de forja y lo corona el reloj en el que, dos autómatas con trajes regionales maragatos, dan las horas. 

Es también la plaza en que todos los martes se celebra un mercado en el que se mezclan productos agrícolas y artesanos de los alrededores de Astorga.

Para los que disfrutáis con los museos, en Astorga podréis visitar el Museo de la Catedral, el Museo de los Caminos y el Museo del Chocolate. Está previsto convertir en museo la Casa Panero, donde nacieron y vivieron los poetas Luis y Leopoldo Panero.

Llegada la hora de comer, os recomendamos acercaros a Castrillo de los Polvazares. Se encuentra a tan sólo 6 kms de Astorga, dirección Foncebadón. Las calles permanecen empedradas, y las viviendas están realizadas también en pie­dra. El conocido "cocido maragato" es el plato por excelencia de las tierras de Astorga.

También es obligado degustar las mantecadas y chocolates, son de gran tradición en la ciudad.

Un antiguo palacete Art Nouveau da paso a un edificio moderno y exquisito dotado de todos los servicios necesarios para el confort y descanso que se precisa hoy en día. El Ciudad de Astorga es el hotel más moderno y mejor equipado de la ciudad para hacer de su estancia en Astorga una experiencia única. 

El desarrollo del Camino de Santiago a partir del siglo IX ha vinculado la vida urbana de Astorga a los peregrinos hacia Santiago. El Camino cruza la ciudad de Sur a Norte, siendo Puerta Sol uno de los principales accesos y, tras recorrer calles de trazado todavía medieval, la abandona por Puerta Obispo hacia el barrio de Rectivía y el puerto de Foncebadón.

 

El surgimiento de la ciudad de Astorga hay que situarlo en el asentamiento de las tropas militares de la Legio X Gemina encargada de la incorporación al Imperio Romano del territorio Astur. Hacia el año 19 a.C. se asentará una parte de la citada legión sobre el pequeño cerro en el que hoy se encuentra el centro urbano. Medio siglo después, la dinámica de desarrollo de la región, y en especial la riqueza de las minas de oro, convertirán este lugar en una urbe dedicada al control administrativo de las explotaciones y a la administración del Conventus Asturum.

Con estas fundones políticas y adminis­trativas se mantendrá hasta la llegada del cristianismo durante el siglo IV d.C., en este momento también se levantará la muralla y se iniciará el proceso de rees­tructuración urbana que ha permitido la conservación de los restos arqueológicos con los que cuenta la ciudad en estos momentos.

La evolución urbana posterior ha venido marcada por las diferentes invasiones bárbaras y árabes que conducirán a la reorganización de la ciudad a partir del final del primer milenio. Astorga se estabiliza y comienza la construcción de una primitiva catedral románica de la que sólo conocemos restos puntuales en el espacio ocupado por la actual, y la nueva traza de las calles, abandonando la hipodámica de época romana. El siglo XIV implicó el auge del marque­sado de Astorga, regentado por la familia Osorio y del que permanecen varias casas blasonadas y las huellas de un castillo ubicado en el límite noroccidental de la muralla.

Este esplendor se traduce también en el inicio de la construcción de la actual catedral, el convento de clausura femenina de Santa Clara y el de San Francisco, en actualidad de los Padres Redentoristas.

Tras esta etapa, el siglo XVII supondrá el brote de las relaciones directas con las comarcas colindantes. Gracias al desarrollo de la arriería y sus inmediatos efectos preindustriales, se abrirán las fábricas textiles del Val de San Lorenzo y surgirá el proceso de elaboración del chocolate utilizando el cacao transportado por los arrieros desde los puertos receptores de mercancías indianas. El siglo XIX se inició con la toma de la ciudad por las tropas francesas. Estas destruirán parte de las construcciones urbanas anteriores como el castillo y un sector del lienzo norte de la muralla. La ulterior llegada del ferrocarril Inducirá a la decadencia del transporte arriero y a un gran cambio social y urbano que ha llevado a Astorga a depender direc­tamente de las empresas de servicios y de una desarrollada industria de la repostería y de los productos cárnicos procedentes del ganado de la montaña del Teleno.

La edificación del edificio catedralicio comienza en 1471 asentado sobre otro de arquitectura románica, aunque no se culminará hasta el siglo XVIII. Esta pro­longación en el tiempo permite observar la evolución estilística de la arquitectura religiosa en la ciudad. Valgan como ejemplo las fachadas exteriores, la rena­centista de los Obispos y la principal, barroca.

Su organización Interior, eminentemente gótica, alberga sin embargo el retablo Mayor, obra de Gaspar Becerra y consi­derado como el primero del manierismo español. También se puede contemplar la Inmaculada de Gregorio Fernández, la sillería del coro del siglo XVI, el retablo hispano flamenco de San Miguel y el conjunto de retablos barrocos en las capillas laterales.

 En la ubicación de la desaparecida Escuela de la Catedral y rodeando el claustro, se creó en 1954 el Museo Catedralicio, el cual expone piezas de la importancia de la Arqueta de San Genadio del siglo X, el arcón románico con decoración pictórica del siglo XII, un esenciero árabe, platería religiosa de autores como Sebastián de Encalada o Alonso del Portillo y un conjunto de pin­turas y esculturas de diferentes maestros astorganos.

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